Proteger La Geria a toda costa
Junto a las Montañas del Fuego, La Geria conforma el paisaje más mágico y diferencial de Lanzarote. Un mar de zocos, hoyos protegidos por muros de piedra, que desafían el clima árido y el viento y crean un entorno sin parangón en ningún otro rincón del planeta.
Este sistema tradicional no solo ha permitido producir vino de calidad. Ha dado forma a una seña de identidad, a un equilibrio perfecto entre agricultura, paisaje y turismo, que durante décadas ha sido ejemplo de sostenibilidad.
Pero ese entorno tan especial y frágil hoy está amenazado.
Cada vez asoma más el peligro de los que empujan por un modelo de cultivo basado en la rapidez, la mecanización y el rendimiento económico inmediato. Las plantaciones en línea o en zanjas rompen con el sistema de zocos que ha hecho de La Geria un símbolo de adaptación y belleza.
Si se abre la puerta a este tipo de cultivo, si se normaliza que el paisaje ceda ante la productividad, se corre el riesgo de transformar La Geria en un terreno más, de borrar lo que la hace única.
No podemos permitir que decisiones individuales, movidas por el beneficio inmediato, comprometan un legado colectivo.
La Geria no puede ni debe competir por volumen o por facilidad de explotación. Su valor está en su singularidad. Su rentabilidad, en su autenticidad.
Las instituciones deben proteger La Geria a toda costa y estimular el mantenimiento del sistema tradicional de cultivo y la población debe estar más que alerta al penúltimo ataque a la autenticidad de la isla.